Que conste que durante los sucesos que voy a describir a continuación, no hacía más que sonarme en los oídos la cancioncilla de «Ay quien maneja mi barca», que vete tú a saber qué clase de conexiones -o desconexiones- neuronales debo tener después de 8 años en consultoría. Dicen los entendidos que es el máximo que un humano normal aguanta en el sector, claro que entonces que alguien me explique porqué no estamos acogidos al régimen especial de los trabajadores del Mar, que sigo sin ver porqué es más peligroso pescar bonitos en plena tempestad fuerza 7 que asistir a las aperturas de plicas en ciertos organismos.
Pero lo de la cancioncilla tiene su sentido, señores, porque esto de las aperturas de plicas comienza a parecerse cada vez más a Eurovisión. Lo aconsejable es ir para enterarse, cotillear o puramente, por interés científico. Lo malo es cuando vas porque participas en el sarao, en cuyo caso será mejor que te tomes una tortilla de lexatin en el desayuno, que el corazón ya no está para muchas bromas.

¿Y en qué se parecen? se preguntarán ustedes
Bueno. En que sólo puede ganar uno, y el resto se queda poniendo cara de póker. Además, las canciones suelen ser más bien chungas, y casi siempre tenemos identificado un ganador, y si no, a ver porqué ganan casi siempre Irlanda, Francia y Reino Unido. Por si fuera poco, las cosas se ponen muy complicadas si te toca cantar en ultimo o penúltimo lugar, porque inevitablemente, te roes las uñas durante la votación.
¿En qué se diferencian? En que aquí, el público no jalea y vitorea, sino que tiene la misma vitalidad que una colección de tiestos de geranios y sólo pían si se les pregunta.
El lunes tuvimos apertura de sobre económico y lectura de puntuación técnica para la muchedumbre de proveedores que -una vez más- habían decidido presentarse al concurso de turno a ver si había suerte. Ya sabéis: organismo grande y lleno de funcionarios, licitación millonaria por concurso abierto y mucha jambre en los mercados. Combinación explosiva, se masca la tragedia, se anticipa la tempestad.
Digamos de paso que el cliente se había dedicado a animar a presentar oferta a las empresas de cierta solvencia y pulmón financiero, y que por tanto pudieran soportar sus exigencias técnicas y acomodarse a sus plazos de pago. Por tanto, teníamos llenazo en el peaso salón donde reinaba la mesa más grande que he visto en toda mi vida, la del anuncio del Pronto y el paño se hubiera quedado boquiabierta ante semejante espécimen. La sala de juntas que protagoniza nuestra historia, era como el triple de gigantesca de la que os pongo en la imagen, y podría nadar por allí Remedios Amaya, la barca y un petrolero del mar del norte. Si no estábamos allí 40 cómodamente retrepados en los super-sillones, no estábamos ninguno. Yo creo que debe formar parte del Patrimonio Nacional.

Así que allí estábamos sentados en la monstruosidad, esperando pacientemente a que comenzara el cántico de las puntuaciones técnicas, que ríase usted de la complejidad de los marcadores de los juegos olímpicos. En esta ocasión, eran grácilmente recitadas por una funcionaria ante cuyo mérito hay que descubrirse, porque se pasó hora y media cantando los resultados con ritmo y sin desfallecer. Casi esperábamos oir «ciento cincuenta miiil eeeurooos» (esta mujer desciende de niños de sanildefonso FIJO)
Y afortunadamente, nos habían facilitado unas hojitas con la relación completa de las empresas participantes en el sarao (virgen santa, otra vez me toca la penúltima, por Dios señor, porqué a mí) y los huequitos para ir apuntando las siguientes cifras:
– Puntuación técnica A, B y C.
– Oferta económica total por lote, sin iva, con iva y arremezclá.
– Oferta económica por categoría y lote, sin iva y con iva y al tresbolillo.
Trece empresas participaban en el asunto, cada una de ellas licitando por uno o varios de los 6 lotes, hagan ustedes las cifras que yo soy de letras y paso de andar haciendo los cálculos porque me mareo.
Pero que íbamos a estar entretenidos eso seguro, y además así contribuíamos a la pensión de la amable señorita del parquímetro, que se iba a inflar a poner multas pero bien.
Así que comienza la cantinela, como decía, y van desgranando resultados. Guayominí, du pua, iunaited kindom, tu poins. Llega a hacerse tedioso, todos apuntando a toda pastilla, hasta que de pronto, llega el turno del nuevo en el lugar, una inesperada UTE denominada GallyNew y TwoFriends, que licitan nada menos que a TODOS los lotes. Con dos asteriscos, viva España.
Nos parece realmente asombroso, entre otras cosas, porque se trata de un pliego para reorganización de corrales, y estos de GallyNew se dedican al pienso y forrajería, y a los de Two Friends no los conoce ni Harry. Por la complejidad del corral en cuestión, y la falta de experiencia de estos paisanos, resulta de un cierto atrevimiento el haberse presentado a todos los lotes, principalmente porque ni los actuales adjudicatarios del invento se habían atrevido a hacerlo, a saber: Industria De Reabastecimientos Agrícolas, Suministros AGroalimentarios ni tampoco la todopoderosa Ingenieros Evisceradores Corraleros Incorporados S.A.
Pero bueno, allí están, sentados -suponemos- entre todos nosotros, que el mismo derecho tienen a licitar que el más pintado. Co-Cot.
Como decía, la gentil funcionaria continúa recitando cifras, y de pronto, con un tono de voz como de «toma bofetón niño malo» anuncia que la newborn UTE GallyNew y TwoFriends ha obtenido CERO puntos en el apartado técnico en todos y cada uno de los lotes presentados.
Vamos, un rosco, un cero pelotero, un cate, un coscorrón, un revolcón, una calabaza gigante, una Ruperta; lo mismo que si estos pobres hubieran metido en los sobres técnicos el dibujo de un mango madurico perpetrado por mi hija pequeña con la ayuda de las clásicas ceras Manley.
Válgame, que papelón. Y entonces nos comienza a entrar el canguelo a los demás, porque no son los únicos, y comienzan a caer más puntuaciones bajas. Como siempre, la cosa no va de ganar o perder, que es lo de menos, sino de quedar en una posición medianamente decente en la tabla de participantes y que nuestros jefes no nos psicoanalicen con el sacudealfombras que tienen escondido para golpear a los consultores que se atreven a suspender sus ofertas técnicas. Anda, que si tuvieran esos métodos en RTVE, otro gallo nos hubiera cantado en Eurovisión.
Comienza a descubrirse la estrategia del cliente: está penalizando en la puntuación técnica a los que pueden ir a precios mucho más bajos que el resto, poniéndoles un rosco melonero para evitar que su oferta económica pueda ser puntuada, con lo cual, a la vista de la colección de suspensos que se están produciendo, la shortlist será más bien short.
Nos toca. Tengo a mi lado a mi super-consultor-de la muerte total-, coautor de la oferta técnica, más blanco que una lechuga y con cara de paisaje. Yo represento a Gallináceas Reunidas, y si me cascan una torta en la técnica, pues tampoco pasa ná porque para eso estamos, para recibir, pero mi colega es de SuperHen, nuestra orgullosa hermana mayor del grupo, todopoderosa y sabia, y un rosco equivaldría a una patada en las gónadas y en el orgullo tan enorme que mejor no me la imagino. De hecho, como soy zurda, dejo la mano derecha disimuladamente en la falda, presta y alerta para agarrar la manga del traje de mi compañero, no vaya a ser que le casquen un cero y salte por encima de la super-mesa, con la velocidad de un Cullen sediento de sangre y le muerda en el cuello al que tenemos enfrente, que sospecho es de la dirección de contratación.
Me pregunta bajito a qué precio hemos ido nosotros. No me acuerdo, pero tu tranquilo que ya nos lo dirán. Pero ¿tú te piensas que desde que hemos presentado esta historia he tenido ganas de revisarla? Esto se olvida según lo presentas, hombre. Me mira perplejo. Tranquilo, si lo van a cantar en voz alta y con soniquete, ¿qué mas te da saberlo media hora antes? ¿Para agobiarte todavía más? Ganas de sufrir, Jesús.
Nos dan una puntuación técnica bastante decente, pero muy baja en las prestaciones complementarias. La traducción del concepto es básicamente trabajos gratuitos, Nosotros íbamos sacando pecho con 40 gallifantes, pero comprendimos nuestra puntuación después de que un colega de EggsPlus me comentara que en su caso habían presentado prestaciones por valor de 200 gallifantes. Qué barbaridad. En cualquier caso, mi compañero consultor comienza a revolverse en la silla como si tuviera ganas de ir al baño y mi mano derecha sigue alerta y presta a agarrarle de los calcetines en caso de emergencia.
Cantados los puntos técnicos, comienza la emoción de la apertura del sobre económico, y por tanto, en vivo y en directo, se podrá saber quién ha ganado la licitación. La gente comienza a abrir los portátiles para poder ir rellenando las hojitas excel con presteza y poder conocer con exactitud el momento de tu derrota. Que prisas, tú.
Y entonces oh sorpresa, oh emoción, comienzan a cantar las ofertas económicas de los que han resultado suspendidos en oferta técnica. En teoría no deberían ni abrirse sus sobres, pero… bueno, aquí sí. Muchos alzamos el cuello como gallináceas y alguno se atreve a carraspear. Entonces, ¿las tendrán en cuenta para los rebuscados cálculos de «the winner is»? ¿y cómo? ¿Ganará el concurso en todos los lotes la ute GallyNew y TwoFriends aunque hayan metido en el sobre técnico el retrato de la Madre de Whistler por Mr. Bean?
Oh intriga, oh emoción.

De pronto, un sonoro PIIIIIIIII inunda la sala, la batería del portátil del comercial de Aguiluchos, Cernícalos y Cormoranes Venture se ha muerto y su sonrojado dueño procede a cerrarlo pidiendo disculpas, consiguiendo recordarnos a todos que llevamos ahí metidos cerca de dos horas.
Y ya por fin, con el recuento de votos finalizado e identificados los flamantes campeones de PliegoVisión, nos vamos a compartir la amarga cocacola de la derrota con la semi-llorosa concursante por la humillada UTE GallyNew-TwoFriends, que nos confiesa que «tenía sus esperanzas». Nadie dice nada, pero todos bajamos la testuz y picamos patatas fritas como buenas gallináceas que comprenden que pa qué le vamos a dar picotazos, si total… from lost to the river. Además, la animamos a recurrir la adjudicación, que eso de darle cero puntos en todos los lotes, queda feo y no se hace. Podrían haberle puesto un 2 en algo, caramba. Raza cruel, la del funcionariado.
Tras sesudas deliberaciones entre los derrotados, llegamos a la siguiente conclusión:
– El cliente quería participantes de nivel, para que en el peor de los casos -que no saliera su favorito- al menos quedasen gentes solventes y serias, y por tanto, nos dio alas y ánimos a todos los semi-decentes para que nos esmerásemos en el asunto. Ya me extrañaba a mí el alto grado de amabilidad, solicitud e información. Por interés te quiero Andrés.
– Para librarse de los inexpertos, kamikazes, locos y desesperados, decidió ponerles un ROSCO absolutamente letal a sus ofertas técnicas (y ya veremos si valoran las económicas, que el sentido común dice que no deberían)
– Para protegerse de posibles bajadas desesperadas por parte de nosotros los «buenos», nos puso unas puntuaciones técnicas más bien mediocres.
– Y a sus favoritos, pues toma notable y sobresaliente en la oferta técnica, que para eso eres el que se conoce aquí el percal y quiero que repitas.
Buena jugada, compañeros, PERO una y no más santo Tomás, que a la próxima te pasará lo que a Pedro: que vendrá el lobo y se te zampará las gallinas, pero bien.
¡Luego no te quejes!
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