Carta a los Reyes Magos 2009

Gracias Magda, por tu inestimable aportación, la cual no he podido resistir customizar a mis circustancias, para no variar.

Silcas

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Queridos Reyes Magos:

Les escribo esta carta con un lápiz rojo de mi hijo, en el dorso de un kilométrico recibo de Timofónica, sentada junto a la lavadora, esperando entre un lavado y otro, que sabe su jefe cuando volveré a tener un poco de tiempo libre en los próximos 18 años.

He sido una buena madre durante todo el año. O al menos, la mejor versión de madre que he podido ser.

He alimentado, aseado y cuidado a mis hijos todos los días. Les he quitado piojos, retirado vómitos, aseado culos y limpiado heridas.

He visitado al pediatra muchas más veces de lo que he visitado a mi propio médico aún encontrándome mal. Me he comido colas inhumanas en Urgencias, suplicado a enfermeras, médicos y farmacéuticos.

He vendido sesenta y dos papeletas de lotería de navidad del futbol de mi hijo, he cambiado cromos y bakugans con otras mamás y papás, he ido a la papelería a horas intempestivas para comprar papel pinocho de color clueco -que sabe Dios qué coño es eso-,  he comprado chuches y organizado cumpleaños en sitios de bolas… Resumiendo, he cumplido con creces mi papel de relaciones públicas de mis hijos.

Llevo -y/o recojo- del cole a mis hijos, los llevo al logopeda, a catequesis, a las actividades extraescolares, les ayudo con los deberes (bueno, siendo sinceros directamente los hago yo, que estoy recordando las putas matemáticas a base de recriminaciones de su profe), a preparar los exámenes, juego con ellos, les llevo al parque con sus amigos, a montar en bicicleta y a patinar, a recoger piñas por el monte y a comer cocido en sitios campestres…

Recojo y ordeno su habitación, que queda como una leonera tras pasar por ellos allí un ratito, es increíble cómo se trasladan los juguetes de las estanterías al suelo porque resulta que ¡¡ninguno los ha cogido!!

Les preparo la ropa, el chándal, sus mochilas, el almuerzo para el recreo, hago la vista gorda cuando cogen juguetes para llevar al cole que nunca vuelven…  en fin, me ocupo de la logística para que todo esté listo y no les falte nada…

En resumen, me esfuerzo en hacer que su vida sea lo más feliz posible, sin problemas ni preocupaciones.

Se me ha ocurrido que quizás, visto que no les he pedido nunca nada, este año podrían traerme algunas cosillas…

Aquí tienen mis deseos:

Me gustaría una barriga plana, de esas de las artistas de Hollywood, unos brazos que no dolieran y fueran lo suficientemente cachas como para despegar a mi hijo del estante de las golosinas sin despeinarme, mientras monta una rabieta en medio del supermercado.

También quisiera una cintura, ya que en algún sitio perdí la que tenía, hacia el séptimo mes de mi último embarazo.

En cuanto a logística doméstica, me gustarían unos cristales y paredes resistentes a las huellas y a las pintadas de rotuladores lavables que al final nunca lo son, así como un rinconcito secreto donde poderme esconder para hablar por teléfono sin que nadie grite «mamáaaaaaa». Aceptaría también la capa de invisibilidad de Harry Potter en kit con tapones para los oídos.

En el aspecto práctico, quisiera una muñeca que hable y diga, «Sí, Mamá», para ayudarme a recuperar mi autoestima como madre, así como dos niños que no peleen, y tres pares de vaqueros que se abrochen sin necesidad de tanta fuerza. Si uno de ellos es salsa jeans, de ese modelo wonders que te sube el trasero a la estratosfera, genial. Si no, me valen los de ALCAMPO, pero joer, que abrochen y que no salga el botón disparado a los 10 minutos de llevarlos!!!

También me gustaría una voz nueva, modelo «grito hipohuracanado» ya que mi voz parece estar fuera del registro auditivo de mis hijos: por mucho que me suba el tono, no parece que me escuchen, ni siquiera que me oigan. No digamos ya que me hagan caso.

Sería maravilloso si consiguiera que mis hijos ayudaran en casa sin necesidad de pedir un premio a cambio. Me vale con que pongan la mesa, recojan la mugre de su cuarto y no torturen al perro.

Si fuera tarde para encontrar todo esto, quisiera al menos el tiempo suficiente para mí, para -entre otras cosas- cepillarme los dientes sin que nadie tire de mi camiseta, secarme el pelo tomándome un poco más de los 2minutos 30 segundos que uso habitualmente, para maquillarme sin estrés, ir de tiendas con las amigotas a ver lencería chula, y no sólo a la sección de ropa infantil.

Además, estaría bien tener tiempo para darme el lujazo de sentarme y comer la comida caliente, o sin que tenga que comerla antes o después de que mi familia cene.

Me gustaría experimentar, qué se siente durmiendo una noche entera del tirón, sin interrupciones de ninguna clase, sean en forma de vómitos, fiebre, pesadillas, sed, pis, aburrimiento o simple tocada de nísperos porque sí….

Bueno, Queridos Reyes, la alarma de la secadora me indica que ha terminado su ciclo y mi hijo ha detectado mi presencia en este reducto en el que estoy  encerrada. Creo que quiere que le devuelva su lápiz para pintarrajear la pantalla de la única lámpara que queda viva. Que tengan un buen viaje y recuerden sacarse el polvo de sus sandalias antes de entrar en casa.

Pueden beberse el cava y comerse las galletas que les dejamos en la mesa, pero cuidado con echar migas a la alfombra. El cubo de agua para los camellos está en la terraza, la última vez dejaron el suelo hecho un bebedero de patos, por favor, tengan en cuenta que cuando los niños se levantan corriendo, se pegan el resbalón padre y se pueden romper la crisma contra el aparador.

Con cariño…… MAMA!!

P.D. Ah!… otra cosa, he escrito la misma carta a Santa Claus. Dado que en mi casa reina el principio de la transparencia y la honestidad, quedan avisados de que acaban ustedes de entrar en la subasta de proveedores de deseos y que de su puntual cumplimiento derivará la futura promoción y marketing de su imagen ante mis hijos en menoscabo de la de su panzudo amigo. Suerte y que gane el mejor.

Una respuesta

  1. xD xD xD xD xD xD xD Cuanta verdad es tan poco relato!! xD xD

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